Érase una mujer luchadora a la que todo el mundo desconocía. Amaba a su tierra por encima de su vida y despreciaba al usurpador de su pueblo más que al mismísimo demonio. Un día soleado y caluroso la invitaron al destierro, la subieron a un avión hacia tierras lejanas solo con billete de ida, le comentaron que allá donde iba no necesitaba pasaporte. Los americanos te dieron un premio, los marroquies te regalaremos un viaje. Donde vas te acogerán con cariño, los Conejeros son un pueblo cariñoso, amante de los turbantes musulmanes y respetuosos con la idiosincrasia de otros pueblos.
En su ilusionante viaje recaló en este lugar tan confortable y se sintió tan atraída por los cantos de sirena que desde el gobierno de Español, que le hizo caso a un amable policía. Quédate en Lanzarote Ami, le dijo con una sonrisa encantadora y le tendió la mano de una forma tan cariñosa que casi rozaba la divinidad. ¿Cómo pretendía esta joven dejar pasar la oportunidad de vivir en un entorno tan idílico, junto a un pueblo tan comprometido con sus raíces? Esta amable gente le permite vivir de día en un edificio enorme, donde hay bares, kioscos, un montón de televisores y una infinidad de personas que van y viene desde los lugares más recónditos del planeta. De noche a Aminetu le encantaba dormir al raso bajo las estrellas.
No te vayas Aminetu, te doy posibilidad de que puedas decir que eres Española, tendrás un lugar donde dormir, una pensión vitalicia y una medalla por tus aptitudes, le decía Moratinos.
Moratinos era un señor encantador, bonachón y desprendido. Amigo de sus enemigos, al que todos apreciaban por sus numerosas y generosas donaciones por todo el mundo. Trabajaba para un señor que había inventado un sistema con el que todos los pueblos eran felices y se llevaban bien, amándose y respetándose los unos a los otros. La Alianza de Civilizaciones, fue la mayor y mejor ocurrencia de la era moderna. El sistema era genial por su simpleza, solo era necesario repartir dinero entre tus enemigos, con esto conseguías no estar discutiendo con nadie y te ahorrabas disgustos innecesarios.
Aminetu, tenía el corazón dividido entre sus dos pasiones. Una era el amor a su tierra, la otra era la irrefrenable necesidad de darle rienda suelta a su espíritu aventurero. Le costó varias semanas darse cuenta de que por muy malvado que fuese el gobernador de su pueblo ocupado, ya no quería más aventuras lejos de su familia.
Moratinos y su jefe, como era de esperar se prestaron a ayudarle, llamaron al malhumorado gobernador y le dijeron que perdonara a Aminetu por haberle hecho el desprecio de no seguir el viaje que con tanto cariño le había preparado. El gobernador en un principio se mostró muy molesto con su súbdita aventurera, pero como negarse a los amables intermediarios.
A los pocos días después del encuentro de alto nivel entre los dos mandatarios y como agradecimiento a los Españoles por la sensibilidad con el pueblo de Aminetu, el gobernador malumorado demostró que no era tan malvado como en un principio se creía. Como agradecimiento a los agricultores y a las personas más desfavorecidas del campo español y aconsejado por Francia y EEUU, se comprometió a inundar España y Europa de tomates y productos agrícolas de su país. Así los agricultores no tendrían que dejarse la piel en las tierras, ahora podían dedicarles el horario laboral a sus familias, abandonando las tierras para así pedir una pensión no contributiva y poder veranear en Marruecos.
Aminetu, al llegar a su tierra agradeció al pueblo Español su cariño y atenciones. Les explico a sus compatriotas que cuando España se había marchado del Sahara Occidental lo hizo con la mejor intención. Que los españoles estábamos muy apenados, no entendíamos que les diera vergüenza pedirnos ayuda. Su pueblo había sido una provincia de España y como tal, les queríamos tanto, que le pedimos por favor a Marruecos que se hiciera cargo de ellos.
¿Quién coño se cree este cuento?
En primer lugar, fuimos los españoles los que dejamos con el culo al aire a este pueblo.
Dejamos a esta gente de buenas a primeras y nos largamos por patas. El Sahara Occidental es a día de hoy territorio español. Simplemente se desocupó un territorio de pleno derecho, que incluso era una provincia de España, dejando vendidos a ciudadanos españoles. Muchas de estas personas aun conservan los DNI españoles de antaño y se les ha negado su derecho a renovarlos, ¡Coño! nacieron en territorio español, algunos trabajaron para el estado español, muchos fueron militares españoles y los abandonamos a su suerte. Los condenamos a vivir en campos de refugiados por el simple hecho de haber nacido en África, permitiendo que un estado como el marroquí haya ocupado el territorio y mandado a estos excompatriotas a los campos de refugiados.
Me siento muy orgulloso de ser español, menos en este caso. ¿Y si algún día desocupan Ceuta, Melilla o Canarias…?
En segundo lugar, las meteduras de pata del ejecutivo español son supremas. En política internacional tenemos la habilidad de darnos las patadas en nuestro propio culo. Las carcajadas de los países de nuestro entorno, se oyen hasta en la china. Como es posible, que sabiendo la deshonesta y provocativa política que Marruecos a tenido siempre hacia España, el ministerio de exteriores haya permitido la entrada a España de una activista del Frente Polisario, sin pasaporte, sabiendo que su destino había sido la vuelta a Marruecos desde EEUU, después de recoger no se que premio y que al llegar a Marruecos estos iluminados le quitaron el pasaporte y la mandaron a canarias por la cara.
Marruecos de antemano sabía que podía aprovechar la situación, intuyendo que ella iba a reaccionar así y sabiendo que España no la dejaría morir. Les dio tiempo suficiente para pensar que fichas debían mover y así lo hicieron. Normalmente cuando una persona es un peligro para la estabilidad de un régimen político, se le retira el pasaporte para que no salga del país y así poder controlarla. ¿Por qué Marruecos no lo ha hecho así…?
En tercer lugar, aquí nadie es trigo limpio, Aminetu es una activista del Frente Polisario. Se ha querido vender como una simple ciudadana a la que le han cogido manía, dando a entender que sus reivindicaciones no eran políticas y dejando a España en una tesitura política muy complicada. De todos modos, hay que reconocer que ha sabido mover sus cartas de la forma magistral. Que otra cosa podía hacer, sus hijos, su familia y su patria estaban en allí.
En cuarto lugar, el descuido del ejecutivo español al dejarla entrar y la negativa, tanto de Aminetu, como de Marruecos a llegar a un entendimiento, a forzado a la Unión Europea a quitar parte de los aranceles al tomate y ciertos productos agrícolas.
Esto me lleva a preguntarme, ¿Quién se perjudica de estas concesiones? Pues España, sobretodo Canarias y Andalucía. Explícales a los productores de tomate, de Andalucía o de Canarias, por qué le va a subir el paro en el campo a Dios sabe cuanto. Debido a un conflicto con una señora, que ni la conocen, ni han visto nunca.
¿A quien le importa poco la solución que se ha tomado? Pues a Francia, así son menos los camiones españoles para volcar y a EEUU que se apunta un tanto con Marruecos para poder pedirle algún favor en el futuro.
Pero lo más importante es ¿A quien le beneficia todo lo ocurrido? ¡Bingo! A Marruecos, esto le coloca con una posición mucho más competitiva y ventajosa para competir con el tomate canario en Europa. De un plumazo y con una estrategia perfecta, han logrado por medio de una cortina de humo sacar petróleo de un problema que ellos mismos nos han creado, engañando y amenazando a España con la entrada masiva de inmigrante y terroristas. Nos han obligándonos a ceder y a ser menos competitivos frente a sus productos de una forma vil y sucia.
Sin que nos hayamos dado cuenta, les hemos regalado el Sahara Español y les hemos abierto la puerta al comercio Europeo.
Pronto nos crearán otro conflicto. ¿Quien sabe? Quizás en un futuro pidan más concesiones, Ceuta, Melilla o ser de la CEE, como Turquía. Y nosotros volveremos a bajarnos los pantalones a las rodillas, como ellos saben que haremos.